Genet, el enemigo declarado

En 1968 la revista Esquire le encargó a Genet un artículo sobre la Convención Demócrata Nacional. Sin embargo ya en 1965 Estados Unidos le había negado el visado alegando tres razones: “ineptitud moral”, “afiliación a una organización proscrita” y “desviación sexual sujeta a supervisión médica”. Genet no entendía que un país que publicaba sus obras le denegase la entrada. La solución fue entrar a Estados Unidos por Canadá. Los gastos del viaje corrieron por cuenta de Esquire y Grove Press, su editorial en USA.

La Convención demócrata tuvo lugar en un momento crucial en la historia de Estados Unidos. El presidente Lyndon B. Johnson había decidido no optar al cargo por segunda vez. Por otra parte se había comprometido a obtener la victoria en la guerra de Vietnam. (Desde su encierro en Montreux Nabokov enviaba cartas a Johnson felicitándolo por su política exterior y su lucha contra el comunismo). En el 68 el candidato republicano era Nixon y los tres rivales demócratas Hubert Humphrey, Eugene McCarthy y George McGovern. Ganó Humphrey para decepción de Genet y Nixon le venció en las urnas.

Genet llegó a Chicago y en el vestíbulo del hotel Sheraton conoció a Burroughs, a Southern y a Ginsberg. En los últimos veinte años Genet, Artaud y Céline habían sido auténticos ídolos para los beats. William Borroughs consideraba a Genet y a Beckett dos novelistas del siglo XX destinados a trascender en el tiempo. Aún a principios de los años noventa leyó la obra póstuma de Genet Un cautivo enamorado y quedó convencido de que no sería necesario inventar una forma elaborada de libro pero que sí sería posible componerla como lo había hecho Genet, avanzando episódicamente a través de un número limitado de temas asociados. “En suma, un viejo santo y delincuente”, diría sumariamente Burroughs para definirlo. El biógrafo de Genet Edmund White cuenta que con quien más simpatizó Genet fue con Ginsberg, a pesar de que las cosas entre ellos comenzaron con escarceo sexual fallido. Cuenta White que aquella noche en el hotel Ginsberg empezó a acariciar a Genet de una manera que le hizo suponer que tendrían sexo. Sin embargo cuando Genet tocó a Ginsberg y notó su total ausencia de erección saltó de la cama y se negó a que aquello continuase.
(La editorial Gallo Nero ha publicado recientemente Testimonio en Chicago, de Ginsberg).

Genet, Ginsberg y Southern en la Convención Demócrata. Chicago, 1968

“La realidad en América está muerta, absolutamente acabada”. Esta fue la sentencia de Genet cuando al final Esquire compuso su portada posada y en estudio, con un actor haciendo de muerto en referencia al joven asesinado por la policía de Chicago. A Genet le pareció de mal gusto. “En USA nada es real, todo son grabadoras y fotógrafos”. (La imagen de arriba es de Art Shay).

Desde esa fecha hasta su muerte en 1986 Genet ejerció de activista político y desarrolló una notable actividad periodística. En España la editorial Errata Naturae publicó en 2010 coincidiendo con el centenario de su nacimiento el volumen de sus escritos políticos bajo el título de El enemigo declarado (aquí en pdf las quince primeras páginas). El libro -una suerte de testamento ideológico- recoge artículos, conferencias y entrevistas desde el 64 hasta su muerte. Abre el volumen la entrevista con Madelaine Gobeil para Playboy. Un fragmento:

MG: Para usted, ¿escribir es una necesidad?

G: Sí, porque me siento responsable del tiempo que se me ha dado. Quiero hacer algo con él, y ese algo es la escritura (…)

MG: ¿A dónde conduce su vida?

G: Al olvido. La mayor parte de nuestras actividades tiene la vaguedad y el estupor del estado del vagabundo. Es bastante raro que hagamos un esfuerzo consciente para dejar atrás ese estado de estupor. Yo lo hago mediante la escritura

En el 70 los Panteras Negras solicitaron su apoyo, en un momento en que el vicepresidente de Nixon, Spiro Agnew, había prometido llevar a cabo contra ellos una guerra sin cuartel, cosa que hizo con absoluta convicción hasta que fue destituido por fraude en 1972.

White afirma que según algunos rumores Genet habría intentado afiliarse al Partido Comunista en 1952 pero fue rechazado por homosexual. Sin embargo -continúa White- Genet era demasido anarquista, demasiado excéptico hacia la política organizada. A principios de los 60, en una declaración sobre su posición política, afirma: «no soy de derechas ni de izquierdas… sigo siendo un vagabundo. Esto quiere decir que no puedo aceptar una moral heredada, previamente elaborada, no importa cuán generosa esta sea».

Genet con Angela Davis